La Ruta del Contrabando

Un Viaje Histórico por la Comunidad El Arrayán en Salinas de Guaranda
En el corazón de la parroquia Salinas de Guaranda, en la provincia de Bolívar, se encuentra una de las rutas más fascinantes y cargadas de historia: La Ruta del Contrabando. Esta antigua senda, que atravesaba montañas y valles de la región, fue utilizada durante años por los habitantes para el tráfico de mercancías ilegales entre Ecuador y Perú. Hoy en día, esta ruta no solo es un símbolo de la historia local, sino también un atractivo turístico que permite a los visitantes adentrarse en una experiencia única de senderismo, cultura y paisaje.
Uno de los puntos más emblemáticos de esta ruta es la comunidad de El Arrayán, un pequeño y pintoresco asentamiento que, aunque sigue siendo un lugar lleno de tradiciones y costumbres locales, también guarda en sus calles, senderos y montañas, la memoria de tiempos pasados. Aquí, la historia del contrabando cobra vida, invitando a los viajeros a recorrer las huellas de quienes transitaban estos caminos hace más de un siglo.
La Ruta del Contrabando: Un recorrido histórico
La Ruta del Contrabando es un legado de los tiempos en los que los habitantes de la Sierra Central de Ecuador se veían obligados a cruzar las montañas hacia el vecino Perú para el comercio ilegal de productos como textiles, sal, azúcar, y otras mercancías. En esos tiempos, debido a las restricciones comerciales y las diferencias de precios entre ambos países, muchos decidieron recurrir a estas rutas clandestinas para obtener productos que, de otro modo, habrían sido inaccesibles o muy costosos.
A lo largo de los años, esta ruta se fue trazando entre los valles y montañas de Salinas de Guaranda, y, en particular, a través de El Arrayán, que fue uno de los puntos de paso más importantes para los contrabandistas de la época. Las familias locales, en su mayoría campesinas, utilizaban los caminos estrechos y escarpados para mover mercancías en condiciones sumamente difíciles. Muchos de los senderos eran solo accesibles a pie o a caballo, y las personas debían sortear no solo la geografía desafiante, sino también el peligro de ser descubiertos por las autoridades.
Hoy, la Ruta del Contrabando no solo es una lección de historia, sino también una oportunidad para disfrutar de la belleza natural de la zona. Este recorrido ofrece vistas espectaculares de los valles, las montañas cubiertas de vegetación y las quebradas profundas que forman parte del ecosistema de la Sierra Central. Cada paso sobre estos senderos es un viaje al pasado, donde el legado del contrabando se mezcla con el impresionante paisaje de la región.
La Comunidad de El Arrayán: Un punto clave en la ruta
La comunidad de El Arrayán, aunque pequeña, juega un papel esencial en el recorrido de la Ruta del Contrabando. Este pueblo, que ha conservado su esencia rural, es un lugar lleno de historias y anécdotas de los antiguos contrabandistas. En El Arrayán, los visitantes pueden hablar con los locales, quienes con orgullo comparten relatos de sus abuelos y bisabuelos que, en su tiempo, fueron testigos o partícipes del comercio clandestino que atravesaba estas tierras.
Además de la historia, El Arrayán ofrece una mirada auténtica a la vida rural en los Andes. La comunidad es conocida por su fuerte vínculo con la agricultura, especialmente en el cultivo de productos como el maíz, las papas y las habas. Los turistas tienen la oportunidad de interactuar con los habitantes, conocer sus costumbres, probar su gastronomía típica y aprender sobre las técnicas agrícolas ancestrales que se siguen utilizando en la región.
Actividades en la Ruta del Contrabando
Recorrer la Ruta del Contrabando es mucho más que una lección de historia; es una experiencia que involucra contacto directo con la naturaleza y las costumbres locales. Algunas de las actividades más populares que los visitantes pueden realizar incluyen:
Senderismo histórico: Caminar por los mismos senderos que una vez cruzaron los contrabandistas es una de las actividades más emocionantes. Durante el recorrido, los guías locales comparten detalles sobre el pasado de la ruta y la vida de quienes la transitaban. Es una caminata que combina historia, cultura y naturaleza.
Visita a los puntos clave: A lo largo de la ruta, hay puntos estratégicos donde los contrabandistas solían descansar o esconderse, como pequeñas cuevas, refugios naturales y zonas altas desde donde podían observar el paso de las autoridades. Estos lugares no solo son interesantes desde el punto de vista histórico, sino también desde el punto de vista geográfico y paisajístico.
Interacción con la comunidad: En El Arrayán, los visitantes pueden ser recibidos en las casas de los locales para conocer de cerca sus costumbres, probar la chicha (bebida tradicional) y otros platillos típicos, y participar en actividades como la recolección de cultivos o el hilado de la lana. Esta experiencia cultural es una forma excelente de conocer la vida en las comunidades rurales de Salinas de Guaranda.
Fotografía y naturaleza: La ruta ofrece increíbles oportunidades para los amantes de la fotografía. Las vistas panorámicas de la región andina, los paisajes llenos de verdes valles, las montañas imponentes y los campos cultivados por las familias locales brindan un ambiente único para capturar la esencia de la región.
Consejos para recorrer la Ruta del Contrabando
Lleva ropa cómoda y adecuada para el senderismo: El camino puede ser algo exigente, por lo que es importante llevar calzado cómodo y ropa ligera pero que te proteja del clima cambiante de las montañas.
Consulta con guías locales: Es recomendable contratar a un guía local, no solo para conocer más sobre la historia de la ruta, sino también para explorar de manera segura los senderos y evitar perderse en el camino.
Respeta las costumbres locales: En Salinas de Guaranda, las comunidades siguen viviendo de manera tradicional. Es importante ser respetuoso con sus costumbres y tradiciones, especialmente al interactuar con los habitantes.
Lleva agua y refrigerios: Aunque el recorrido no es excesivamente largo, es recomendable llevar agua y algún refrigerio, especialmente si planeas realizar senderismo o pasar varias horas en la ruta.