Amor en Salinas de Guaranda

En Salinas, el amor camina de la mano En las calles empedradas de Salinas de Guaranda, el amor no es un cuento, es una realidad viva. Así lo demuestran Don Ramón Lumbi y su esposa Manuela, una pareja que ha compartido décadas de vida juntos, con la sencillez y ternura que caracteriza a nuestra gente. Originarios de la comunidad de Yacubiana, Don Ramón fue durante muchos años maestro albañil, oficio que desempeñó con orgullo y dedicación. Siempre a su lado, Doña Manuela lo acompañó en cada etapa, apoyándolo con cariño, paciencia y firmeza. Juntos levantaron no solo paredes, sino también una vida construida con esfuerzo y amor. Hoy, aunque ya no trabajan, siguen compartiendo sus días como siempre: unidos, caminando por el pueblo, saludando a conocidos, recordando los años de juventud y disfrutando de la tranquilidad que se han ganado. Su historia es un testimonio de que el amor verdadero no tiene fecha de caducidad. Que en Salinas de Guaranda no solo se produce queso, chocolate o ponchos, sino también historias de vida que inspiran y conmueven. En Tour Salinerito nos sentimos orgullosos de compartir este pequeño homenaje a Don Ramón y Doña Manuela, quienes nos enseñan que el amor real no necesita palabras, solo constancia.

Amor en Salinas de Guaranda: La historia de Don Ramón y Doña Manuela
En medio de las montañas andinas y el aire puro de Salinas de Guaranda, el amor verdadero no solo existe, sino que florece con el paso del tiempo. Hoy queremos compartir la historia de Don Ramón Lumbi y su esposa Manuela, una pareja que representa los valores más profundos de nuestra comunidad: respeto, trabajo, y cariño sincero.

Don Ramón y Doña Manuela son originarios de la comunidad de Yacubiana, una de las tantas que forman parte de la gran familia salinera. Durante muchos años, Don Ramón trabajó como maestro albañil, construyendo con sus manos parte de los hogares y sueños de nuestro pueblo. A su lado, siempre estuvo Doña Manuela, brindándole apoyo incondicional tanto en el hogar como en cada etapa de su vida laboral.

Hoy, ya jubilados, no ejercen ninguna labor profesional, pero siguen activos en algo aún más importante: el amor y la convivencia diaria. Es común verlos caminar tomados de la mano por las calles de Salinas, compartiendo una sonrisa, una charla o simplemente disfrutando del entorno que los vio crecer y trabajar.

Su historia nos recuerda que el amor no solo es posible, sino que puede mantenerse firme y alegre a lo largo del tiempo. Son un ejemplo vivo de que en Salinas de Guaranda, el amor sí existe.

Desde Tour Salinerito celebramos estas historias que fortalecen el tejido social y cultural de nuestra comunidad. Porque Salinas no solo es turismo, es también memoria, tradición y amor del bueno.

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